Carmelitas, sabor inconfundible de Confitería Rufino
Hay sabores de siempre que no pasan de moda. Porque aquellos pasteles que nos han gustado desde pequeños, nos acompañarán siempre. Esa unión de hecho que se conforma entre muchos de ustedes y los pasteles de Confitería Rufino ha dado mucho de sí a lo largo de nuestra dilatada historia, pero quizá hay un pastel que sigue conservando esos lazos indelebles y que, cuando uno lo ve en nuestras vitrinas, consigue sacarle una sonrisa: la carmelita.
Este bollo relleno de crema de vainilla cubierto con fondant blanco o chocolate es uno de nuestros pasteles con más historia, siempre presente en la Confitería Rufino de Aracena, de Valverde del Camino o de Sevilla.
Fue José Luis Rodríguez, Maestro pastelero de la Confitería y padre de la actual generación de propietarios de la Confitería, quien introdujo este pastel décadas atrás. Curiosamente, se elaboró por primera vez para el bautismo de una niña, Carmen, de ahí su nombre actual: ‘Carmelita’.
Su elaboración es bien sencilla: un fino bollo horneado en su justa medida y hueco por centro para, posteriormente, rellenarse de nuestra propia crema de. Como colofón, una fina capa de fondant blanco o de chocolate negro (dependiendo de la variedad de carmelita que sea) completa el pastel.
A diferencia de otras variedades que se elaboran por la zona de Jerez de la Frontera (Cádiz), las carmelitas de Confitería Rufino llevan su relleno insertado dentro del propio bollito, sin necesidad de corte de la pieza. De ahí, que al dar el primer mordisco muchos descubran con gran alegría cómo la crema sale… es momento para chuparse los dedos.
Y tú, ¿qué tipo de carmelita de Confitería Rufino te gusta más? ¿De crema o de chocolate?
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