El periodista Antonio García Barbeito (ABC) recuerda la llegada de Confitería Rufino a Sevilla en una de sus tribunas

El periodista Antonio García Barbeito (ABC) recuerda la llegada de Confitería Rufino a Sevilla en una de sus tribunas

A menudo, es difícil abrirse hueco en un nuevo trabajo o una nueva ciudad. Gente nueva, costumbres diferentes, nuevos emplazamientos… pero ahí reside la grandeza del ser humano: en su capacidad de adaptación.

En Confitería Rufino hemos querido siempre mantener nuestras señas de identidad por encima de todo, para que quienes visitaban nuestra confitería de Aracena siempre tuviesen claro que iban a probar pasteles elaborados con ingredientes naturales y de la mejor calidad.

Ésa ha sido (y sigue siendo) nuestra forma de trabajar. Porque si nuestros pasteles tienen una fama asociada a su nombre, sería faltar a la historia y a nuestros principios hacerlo de cualquier otra forma.

Esta misma filosofía es la que desprenden nuestras Confiterías de Valverde del Camino y Sevilla, los otros dos puntos en los que ofrecemos nuestras especialidades y pasteles a diario. En el caso de Sevilla, la excelente acogida que tuvimos a nuestra Confitería de la Plaza de Cuba ha hecho mucho más fácil ese periodo de adaptación a una nueva ciudad, como decíamos al principio.

Nuestros clientes de siempre han podido comprar en su propia ciudad –y en un enclave cargado de historia y encanto, junto al río Guadalquivir– los pasteles que siempre buscaban en sus visitas a Aracena. Y es más, ellos mismos han sido nuestros mejores embajadores para que el resto de la ciudad y su provincia sepa de nuestra presencia allí.

Este boca a boca queda reflejado también en artículos de prensa como el del periodista Antonio García Barbeito en ABC de Sevilla, quien ha dedicado unas preciosas palabras en una columna en la que mostraba su satisfacción por la apertura en Sevilla de un Restaurante regentado por el histórico Manolo Mayo, referente gastronómico en la provincia de Sevilla.

En este artículo, Antonio García Barbeito ha tenido a bien hacer también referencia a nuestra llegada a Sevilla, “Se nos vino Rufino y eso no significa que tengamos que dejar de ir a Aracena. Significa que Aracena se nos ha venido de la mano de Rufino, a traernos esa gloria de dulce”.

Detalles como estos son los que hacen más gratificante no sólo nuestro trabajo diario, sino también apuestas como la realizada por tener una confitería propia en Sevilla. Allí los esperamos cada día, con nuestros pasteles y demás especialidades elaborados a diario en nuestro obrador de Aracena.

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