Milhojas de merengue, bocado de historia y tradición en Confitería Rufino

milhoja artesana de merengue Confiteria Rufino Aracena

¿Quién no ha metido el dedo a una tarta y ha robado un poco de merengue antes de que llegue a la mesa? Pocas personas no levantarían la mano ante esta pregunta, porque el merengue tiene algo de imán para l@s más golos@s. Y de eso sabemos mucho en Confitería Rufino.

Nuestro merengue italiano es ingrediente esencial para muchas de nuestras variedades, tanto en tartas como en otros pasteles. Claras de huevo de campo, azúcar y agua son los ingredientes esenciales para dar vida a esta cobertura que adquiere gran protagonismo en nuestra protagonista de hoy: las milhojas de merengue.

Porque, como su propio nombre indica, las milhojas de merengue llevan, lógicamente, merengue. Pero no sólo eso. El hojaldre artesano de Confitería Rufino también tiene mucho que decir en este pastel. Dos finas capas de nuestro hojaldre, debidamente horneado para que su punto crujiente sea el óptimo, acogen el merengue recién hecho y distribuido de forma uniforme para conformar el bloque de la milhoja que, antes de estar lista recibirá un baño de azúcar glass en su cubierta…

El resultado final ya lo conocen, un pastel sin modo de empleo al uso: muchos utilizan cucharilla y van disfrutando lentamente del sabor inconfundible del merengue de Confitería Rufino. Otros, prefieren utilizar su dedo, disfrutar de la textura del blanco relleno y llevarla a su boca. Incluso hay quien es capaz de darle un mordisco y, a buen seguro, se manchará… pero esto también es parte de la liturgia de nuestra milhoja de merengue, ¿verdad?

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