Confitería Rufino y los detalles: nuestra vitrina

Hay elementos indispensables en la vida de un establecimiento al público. Rincones, detalles, olores, sabores… un amplio abanico para los sentidos que consigue dar forma a un recuerdo indeleble en nuestra memoria.

Y en Confitería Rufino sabemos de qué hablamos cuando nos referimos a estos pequeños detalles. Porque durante estos 144 años han sido muchos los clientes que han repetido una y otra vez su visita a nuestros distintos despachos para probar alguna de nuestras variedades artesanas.

En Aracena, nuestro actual establecimiento en la calle Constitución no fue el primero que tuvimos, aunque sí el más longevo. Allí se trasladó Rafael Rufino desde la cercana calle Badía (hoy Barberos) a un local más céntrico y cercano a la concurrida Plaza Marqués de Aracena. Eso fue a principios del siglo XX. Y desde entonces preside nuestra confitería una compañera de viaje de generaciones de amigos y amigas de la Confitería Rufino: nuestra vitrina.

Aracena siempre ha sido cuna de grandes carpinteros y ebanistas, por lo que no debió ser difícil para Rafael Rufino conseguir un profesional al que encargar este trabajo: un mueble hecho a medida de 6,35 metros de largo por 3,60 metros de alto, que se adapta a la disposición del salón principal de Confitería Rufino en Aracena.

Compuesta por cinco cuerpos, cuenta con cajonero acristalado en su parte inferior, así como amplias puertas acristaladas –muchos de estos cristales son los originales– y decoradas con motivos vegetales y un vistoso remate en su cornisa retroiluminada, trabajos estos últimos realizados por el propio Rafael Rufino a mano. Su característico color blanco con remates verdes y el sello artesano de esta vitrina conservan el sabor añejo de las antiguas confiterías en España.

 

De hecho, en su construcción se utilizaron maderas provenientes de las antiguas cajas de ingredientes que se utilizaban en el día a día de la Confitería Rufino a comienzos del siglo XX, tal y como pudimos comprobar en una reciente restauración que se realizó.

La imagen de esta centenaria vitrina está estrechamente ligada a la de nuestra Confitería en Aracena, aunque nuestro salto a otros puntos de la geografía andaluza, como Valverde del Camino, con guiños a su estética.

Así, en nuestra Confitería Rufino en Sevilla —abierta al público el pasado mes de enero— hemos querido conservar la imagen de nuestra firma y hemos instalado una recreación de esta vitrina realizada también por carpinteros de Aracena, así como también los azulejos característicos de nuestra casa.

Porque si uno se siente como en casa, siempre estará más a gusto, ¿verdad? Y si es con un sabor dulce de por medio…